CAPÍTULO XXXVI
DE LA CAPILLA DE LA SANTA-VERACRUZ, Y CONVENTOS DE SAN AGUSTÍN Y NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED
La Iglesia o Capilla de la Santa-Veracruz, que como anexa al
Convento de Nuestro Padre San Francisco y sujeta a la dirección
de sus prelados debo referir inmediatamente, ha sido preciso tocarla
en capítulo separado, porque no haya entre ellos una notable
desproporción, ya que no es posible tengan una misma igualdad,
en cuyo supuesto creo no será culpable la prefiera en el lugar y
narración a los conventos del gran Padre de la Iglesia San Agustín
y de redentores de cautivos, de quien he de hablar posteriormente,
porque no se le da esta antelación por preeminencia de orden ni
antigüedad de fundación, sino por ser correlativo tratar de ella a
consecuencia del templo o santo convento a quien está formal y
materialmente unida.
El año de 1599 hicieron donación el Padre Guardián Fray Antonio
Camargo y demás religiosos del antedicho convento a los mayordomos
de la cofradía de la Santísima Veracruz, que lo eran
Pedro Portierra y Antonio de Molina, de un solar que tenían dentro
del sitio o término de su convento, para que labrasen capilla
separada con puerta a la calle, en donde hiciesen sus ejercicios y
celebrasen sus juntas, cuya fábrica parece no tuvo efecto hasta
los años de 1608 o siguientes, que gobernaba esta plaza Don Gaspar
Ruiz de Pereda, que debió de ayudar a su construcción, según se
percibe de una lápida que tenía en su fachada la capilla antigua y
se ha colocado en la nueva donde está existente.
En lo pasado estuvo erigida dicha capilla entre los dos claustros
del convento, con su puerta al poniente, cuidando de su aseo y
lucimiento la prevenida cofradía, y después la tomaron a su cargo
los hermanos del orden tercero, orden de penitencia, que la ilustraron
y ampliaron mucho, fabricándole capilla mayor, que no
tenía, en sitio que compraron para ella al convento el año de 1678,
añadiéndole diversos retablos, alhajas y reliquias muy apreciables.
Con ocasión de haber sido preciso derribar el convento para
hacerlo de nuevo, se le dio sitio bastante para labrar otra capilla
en el extremo del que cae al sur, correspondiente al del norte, en
que está fundada la iglesia del primer orden, en cuyo paraje empezaron
a fabricar desde luego un crucero con tres capillas muy
capaces, que se finalizaron por fines del año de 1758 y dedicó a
principios del siguiente con las mejoras que se tocan en su buena
disposición y planta.
En la prevenida iglesia está fundada la archicofradía de los
cordígeros, las cofradías de la Santa-Veracruz y San Nicolás de
Bari, y hermandad del diario de la Purísima Concepción y Santa
Corona, y en ella está colocada la milagrosa imagen del Santísimo
Cristo conocido por el nombre de la Santa-Veracruz, la que sudó
maravillosamente el año de 1700, de que se hizo atento y formal
examen. De este lugar salen las estaciones del Vía-Crucis todos
los viernes de la Cuaresma y las demás doctrinas que en ella y en
el Adviento acostumbra hacer conforme a su regla y constituciones
el orden de penitencia, el cual es numerosísimo en esta ciudad
y muy ejercitado en obras de piedad, visitando y socorriendo la
cárcel y hospitales en señalados días, y concurriendo tres de la
semana a la oración y disciplina de su capilla.
El convento de religiosos ermitaños de Señor San Agustín, de
quien es patrona Nuestra Señora de Candelaria, parece se principió
a fomentar su fundación el año de 1608, siendo Obispo de esta
Isla el Maestro Don Fray Juan de las Cabezas, dominicano, que
coadyuvó a su establecimiento, sin embargo de la contradicción
del nominado Gobernador Don Gaspar Ruiz de Pereda, que debió
de representar la indispensable circunstancia de impetrar licencia
del Real Patronato para su erección, como se verifica de una
real cédula de 22 de junio de 1633, colocada al folio 45 del libro
primero de ellas, existente en el archivo de este Gobierno, por lo
cual mandó el Rey se le informase sobre el asunto, cuya providencia
le cogió tan adelantado, que por justos reparos hizo forzosa su
conservación y disimulable aquel requisito, dándole la aprobación
necesaria por real despacho expedido posteriormente, según tengo
noticia, a instancia de la Orden y Provincia de Nueva España.
Está fundada esta iglesia y convento casi en el centro y corazón
de la ciudad, teniendo la una y el otro su frente al este. El
cuerpo principal del templo es de buena altura, capacidad y cargo,
aunque las capillas que tiene al norte son algo bajas. Las cofradías
que hay en ellas instituidas son las de Candelaria, la de Nuestra
Señora de Consolación, la de San Francisco de Sales, y la de Santa
Catalina mártir, de pardos libres, y la hermandad de Nuestra
Señora del Triunfo.
El convento se compone de un solo claustro, y a su continuación
tiene distinto patio, en que están las oficinas precisas para la
servidumbre de su comunidad, que llega al número de treinta
religiosos. Pertenece esta casa a la Provincia del Nombre de Jesús
de la Nueva España; ha producido y cultivado en todos tiempos
sujetos para leer sus cátedras y ocupar su púlpito, y los ha
dado muy excelentes a su Provincia, entre los cuales nominaré el
Reverendo Padre Fray Sebastián de Saldaña, maestro del número
y regente de estudios en su insigne Colegio de San Pablo de
México, en donde murió, con muchas señales de transitar al descanso
eterno. El Reverendo Padre Fray Alejandro Recino, maestro
asimismo y procurador general a la Curia Romana por dicha
Provincia, a quien aplicó por este religioso la agudeza de un
gravísimo agustino aquella alabanza que un orador griego dijo a
Filipo, padre del gran Alejandro: Sufficit filium te habuisse
Alexandrum. El Reverendo Padre Fray José de las Alas, catedrático
de Artes y Teología en el enunciado Colegio, y últimamente
los Reverendos Padres Fray Juan y Fray Martín Rodríguez,
maestros del número y priores de este convento y todos hijos
suyos y de esta ciudad.
En el propio terreno del sobredicho convento y a espaldas de
su iglesia se ha labrado otra mediana, dedicada por los de su tercero
orden al Tránsito de Nuestra Señora, a quien celebran con un
octavario muy devoto y solemne, siendo igualmente primoroso el
ornato del altar y sepulcro en que se manifiesta la venerable imagen,
cuyos cultos promueven con gran fervor y cordial ternura,
ejercitándose en otras obras de piedad cristiana.
El del Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, de
quien es titular San Ramón Nonato, vino a obtener al cabo de una
centuria la regia facultad para fundarse, prueba clara de la naturaleza
de los escollos que la impedían, pues costaron todo un siglo
para allanarse. Pero, ¿qué arduidades no supera con el tiempo la
perseverancia, de una piedra? El año de 1637 compró unas casas en
el barrio llamado de Campeche Fray Jerónimo de Alfaro, religioso
de esta familia, y creyéndose erradamente, eran para situar convento
las que sólo se destinaban para hospedería de los padres que
solicitaban la limosna para la redención de cautivos, hizo contradicción
el tesorero Juan López de Tapia, como Procurador entonces
del Común, siendo éste el primer ensayo de las sucesivas dificultades
que habían de suscitarse sobre esta obra, la que pretendió facilitar
el año de 1647 la autoridad y diligencia de Fray Atilano de San
José, Vicario general de las Provincias de Indias, consiguiendo favorable
informe de este Cabildo para Su Majestad, el que se repitió
el de 1655, a pedimento de Fray Francisco de Rojas, Procurador
general de su Provincia de San Lorenzo.
Estas instancias no tuvieron ningún efecto, manteniéndose el
hospicio por muchos años en una prolija calma, que fue pronóstico,
como generalmente sucede, de la mayor borrasca que habían
experimentado en este negocio, llegando a esta ciudad orden del
Rey para que se les cerrase la iglesia que tenían, y en que ya
celebraban públicamente los oficios divinos amparados de la antigua
posesión, o lo que es más cierto, de las vecinas esperanzas con
que se hallaban de conseguir la licencia conveniente y precisa.
Puesto en ejecución el real despacho con sentimiento universal de
esta ciudad y aun del propio ejecutor, avivaron los religiosos interesados
las diligencias, y con nueva y reverente súplica del Ayuntamiento
agenciada por el Maestro Fray Manuel de Ogán y Cepillo,
activo promovedor de esta dependencia, tuvo logro la pretensión
el año de 1744, solemnizando los padres y todo el vecindario,
con recíproco alborozo, la gracia conseguida, aunque no dejó de
tener en la posesión motivos para el desabrimiento y causas en
que ejercitar la tolerancia con que se venció todo.
Tiene su pequeño templo y convento a la parte del sur de esta
población, con bastante territorio para ampliar uno y otro cuando
se proporcionen medios para esta obra. Los religiosos que hoy
mantienen serán catorce o quince, conforme a lo que permite el
corto fondo de su renta y limosnas del vecindario, los que consuelan
y benefician mucho aquella gran parte de la ciudad, y enseñan
Gramática, Artes y Teología, cumpliendo también con todos los
ejercicios que son tan propios de su instituto, y tan necesarios al
bien espiritual de los fieles.
Al tiempo que escribo ésta, es meritísima cabeza de la Provincia
de San Lorenzo el Reverendo Padre Fray Melchor Facenda,
que siendo hijo de esta ciudad, mirará con duplicadas atenciones
de padre esta casa establecida en su patrio suelo, de quien fue
primero Comendador el Presentado Fray Diego Rodríguez Garabito,
natural asimismo de ella.
|