

LA LAGUNA DE ANA LUISA.
FUE Bayamo en otros dias
Por su campiña preciosa,
La provincia mas hermosa
De la aborijene grei:
No igualaron las bellezas
De sus bosques de majagua,
Ni el pueblo de Barajagua,
Ni el pueblo de Camagüei.
AHÍ nacieron los indios
Mas ajiles en la caza,
Los mas fuertes de la raza
Idolatrada del Sol:
En lanzar hondas i flechas
Los mas diestros Siboneyes,
I en danzar en los bateyes
I sonar el caracol.
Del pedernal bajo el filo
Dieron forma a las piraguas
Mas bellas que en estas aguas
Vio surcar el Sibonei:
I flotaron a los vientos
Al borde de sus lagunas,
Hermosas como ningunas,
Sus hamacas de yarei.
En tejer preciosas redes,
En subir a los pinares,
En cortar de los palmares
El racimo desigual;
En perseguir las jutías,
En alzar anchos bohíos,
En navegar por los ríos
Nunca tuvieron rival.
I las hijas de Bayamo
Al rayo del Sol tostadas,
Fueron las mas agraciadas
Que vio la cubana grei
Perfumaban como lirios
Sus labios frescos i rojos,
I destellaban sus ojos
La luz del Sol slbonei.
Entre todas, Ana Luisa,
La mas pura i hechizera
De tantas cubanas, era
Flor del pueblo bayames:
La tórtola mas graciosa
De los montes i los llanos;
Todos los indios cubanos
Se postraban a sus pies.
Mostraba en su frente plumas,
Blancas, azules i rojas,
Abiertas como las hojas
De las ramas del copei:
I por sus gracias, a un tiempo
Dobles ofrendas recibe,
Las promesas de un Caribe
I el amor de un Sibonei.
Los dos ansiosos corrían
Entre las flores del valle,
De su rostro i de su talle
I sus miradas en pos:
En los pinares, del bosque
Bajo las verdes palmeras,
Del Bayamo en las riberas,
Siempre la siguen los dos.
Mas ella al indio Caribe
Con desprecio lo rechaza,
Por ser hijo de la raza
Enemiga de su grei:
Lo aborrece; sus amores
Con frente altiva desdeña,
I torna el rostro risueña
Al amor del Sibonei.
El Sibonei se llamaba
Yarayó; la indiana bella
Como la luz de una estrella
Siempre sus pasos siguió:
Con las pencas mas lucientes
De las palmas, junto al rio,
Levantaron un bohío
Ana Luisa i Yarayó.
Formaron preciosas redes,
Bellos guáiros i piraguas,
Para atravesar las aguas
I pescar el bonasí:
Formaron arcos i flechas
Para cazar las jutías,
Sobre las altas barías
I el indiano cuajaní.
Ella le brindaba siempre
Sus inocentes caricias,
I él entre puras delicias
Vivió rendido a sus pies:
En las márjenes del rio,
Junto a los robles frondosos,
Vivieron siempre dichosos
Bajo el cielo bayames.
Una tarde, embelesados
Entre pájaros i flores,
Hablaban de sus amores
Bajo un coposo mamei,
De todas aquellas dichas
I amorosos regocijos
Con que deliran los hijos
Del pueblo del Sibonei.
-Tú eres mi ventura, siempre
Por estas selvas cruzamos...
-Unidos como dos ramos
Del hermoso sabicú.
-Como dos tiernas guamicas
Que juntas alzan el vuelo.
-Tú eres mi limpio arroyuelo.
-I mi palmera eres tú.
-Tu eres mi dicha. Contigo
Vivo en amorosa queja,
Dichoso como la abeja
Posada en el jaimiquí:
-I tu mi gloría. Contigo
Vivo entre luzes i aromas,
Como vive en estas lomas
La amorosa biajani.
-Miel de abeja son tus labios,
Son llamas los ojos tuyos.
-Cual los brillantes cocuyos,
Lucen tus ojos, mi bien.
-Tus besos son mi alegría.
-Mis delicias tus abrazos.
-Lecho de flores tus brazos,
Ven, dulce tórtola, ven.-
I ella fué sobre su seno,
Tímida, contenta i suave,
Así cual se posa el ave
Sobre el nido de su amor:
I ella fué como la ola
Llega a la márjen del rio,
Temblando como el rocío
Se posa sobre la flor.
Mas los velaba el Caribe
Tras una seiba; se inflama
Con tanto gozo, i la llama
Crece de su vil amor:
Oye el ruido de los besos,
Las vozes que languidezen,
Crecen sus zelos, i crecen
Su tormento i su pasión.
Amor i zelos a un tiempo
Rujen en su pecho airados,
Cual los vientos encontrados
En furioso vendabal:
Prepara una flecha, el arco
Alza en sus manos lijero,
I con rostro adusto i fiero
Jura muerte a su rival.
Gon la mano izquierda estiende
El arco, con la derecha
La cuerda tira, la flecha
Silba con siniestro son:
Del Sibonei por el pecho
Hallando fácil entrada,
Penetra i queda clavada
La punta en el corazón.
El Sibonei tinto en sangre
Grita, brama con despecho,
Las manos lleva a su pecho,
Desprende con rapidez
La flecha, pero la punta
Abrió tan profunda herida,
Que la flecha con la vida
Sintió salir a la vez.
Llorando Ana Luisa, estrecha
El cadáver en sus brazos,
I quiere con sus abrazos
Infundirle animación:
Maldice, grita, lo llama,
Besa su frente i su boca,
I desesperada i loca
Lo estrecha a su corazón.
La ve el salvaje Caribe
I en su bárbara fiereza,
Otra flecha con presteza
Pone en el arco fatal:
Dispara: la flecha parte,
Cruza rápida el ambiente,
I le traspasa la frente
Con una herida mortal.
Grita Ana Luisa. Convulsa
Lleva a su frente la mano
Sobre la flecha, i en vano
Se la procura arrancar:
Al intentarlo, de nuevo
Torrentes de sangre vierte,
Porque la flecha i la muerte
Raudas entraron al par.
Pálida bajó la frente,
I quedó su faz nublada,
Sin aliento, inanimada
A la tierra descendió:
Se ajitaron los palmares,
Los cedros i los corojos,
Que al recibir sus despojos
La tierra se estremeció.
Se aprocsima el vil Caribe
Lleno de torpe alborozo,
Se para, i con fiero gozo,
La ve tendida a sus pies:
I le grita:-estoi vengado;
Te miro pálida i fría.,
Mas ahora tú eres mía,
Flor del pueblo bayames!-
Mira el cadáver, i grita
De salvaje pasión lleno,
I lo estrecha contra el seno
En férvida convulsión,..
I luegó... El Sol en ocaso
Hundió su luz entre nieblas,
I se alzaron las tinieblas
Cual signo de maldición.
Por los valles i los montea
Con horrendo murmurío,
De súbito crece el rio
Inmenso como la mar:
Va los cedros i las palmas
Con estrepito arrancando,
I amenaza, rebramando,
A todo el valle inundar.
Sorprende al fiero Caribe
I lo arrastra la creciente,
Envuelto por la coriente
Lucha con tenazidad:
Mas lo sepultan las olas
I halla entre las aguas tumba,
Miéntras el trueno retumba
I ruje la tempestad.
A los sangrientos cadáveres
Los rudos vientos azotan,
I sobre las aguas flotan
De roca en roca los tres:
Arcos i flechas i redes,
Guáiro i piragua i bohío,
Bajo sus olas el rio,
Bramando hundiólos después.
I destruyendo las seibas,
Las yuraguanas erguidas,
I las palmeras floridas
Del naciente corojal,
Los dagames i jiquíes,
Los robles i las majaguas,
Alzaron todas las aguas
Un cántico funeral.
La corriente a pocos días
Bajó a su centro serena,
I por la márjen amena
Blandamente resonó.
Esta vez una laguna
Dejó el turbulento rio
Sobre el resto del bohío
De Ana Luisa i Yarayó.
Ha sido el único rastro
Que dejaron en la tierra,
I entre sus aguas se encierra
El misterio de su amor:
Revelan al pasajero
El triste fin de Ana Luisa,
Cada rama i cada brisa,
Cada junco i cada flor.
Desde entonces por las noches,
Del centro de la laguna,
De los rayos de la Luna
A la tenue claridad.
Eshalando dulces quejas
De su májica garganta,
Sobre el agua se levanta
Melancólica beldad.
Llega a vezes a la orilla
Tan hermosa i hechizera,
Como llega a la ribera
Entre el agua el caracol:
Vierte esencia de sus labios,
I luz de sus ojos bellos,
I se riza los cabellos
Al primer rayo del Sol.
Otras vezes por las tardes
En los juncos se recuesta,
Por oir de la floresta
El armónico rumor;
I al susurro de las hojas
I la fuente que resbala,
Como una tórtola, eshala
Las quejas de su dolor.
Mas cuando el Sol desde el Zenit
Su vivido rayo envía,
A la luz del medio día
Se deshace la visión:
Solo resuenan entonces
De una ola en otra ola,
Jemidos de un alma sola,
Suspiros de un corazón.
Mas cuando rujen los vientos
Idel Bayamo las aguas
A los redes i piraguas
Hundiendo en su curso van;
I cuando llega i se estiende
El fragor de la tormenta,
I cuando ruje i revienta
El rayo entre el huyacan;
Entonces, ¡ai! Ana Luisa
Con voi triste i jemebunda,
I pálida i moribunda
A Dios demanda piedad:
Sobre las aguas rujientes
Tinta en sangre se levanta,
I alza las manos, i canta
Al son de la tempestad.
-Yo soi Ana Luisa,
La flor de mi grei,
Yo soi Ana Luisa,
Vengad a la indiana
Mas pura i mas bella que vio el Sibonei
Yo soi un espectro
Que salgo a llorar,
Bañada en mi sangre
Al son de los rayos,
Yo quiero a las aguas mi historia contar,
Las flores mas bellas
Hollaron mis pies,
Yo fui tan hermosa
Cual lirio del valle
I vivido rayo del Sol bayames.
Yo busco del agua
La triste canción,
Yo busco en las nubes
El fuego instantáneo
Del rayo que estalla con súbito son.
Yo soi Ana Luisa:
La palma, el jagüei,
El jobo, las seibas,
Me vieron dichosa
Al rayo brillante del Sol sibonei.
Bramando las olas
Ya rápidas van,
Invaden los montes
I piden venganza
Al ruido horroroso del ronco huracan.
Oid, Siboneyes,
Mi lúgubre voz,
No quede en mis valles
Un solo Caribe,
Estinga la muerte su raza feroz.
Las olas sumerjan
Mi pobre canei...
Yo soi Ana Luisa!
Vengad a la indiana
Mas pura i mas bella del Sol sibonei
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