Ilustre Señor Cabildo, Justicia y Regimiento de la muy noble y muy leal Ciudad de San Cristóbal de la Habana.
En un rudo embrión, ó mal formado bosquejo
ofrezco á la grandeza de V. S. una breve descripción
de esta nobilísima ciudad, incultamente adornada de
las pocas noticias que he podido adquirir de su primitivo
establecimiento, y de las honrosas causas y
circunstancias, que contribuyeron desde sus principios
para que aventajando en sus progresos á las demás
de la Isla, llegase á ser hoy tan célebre entre las
mas famosas de este nuevo mundo.
Creo que en las groserías de mi pluma, y en el
desaliño de mi estilo perderá la mayor parte de su
esplendor en el asunto; pero en el sentimiento de
verlo tan olvidado de aquellos ingenios de quienes
era tan propia. esta empresa y tan digna esta memoria
ha inspirado alientos á la cortedad de mi espíritu,
para formar esta pequeña obra la que me dejará con
la noble vanidad de haberla intentado aunque no conseguido
á proporción de su mérito, ni de mi deseo.
El único objeto, que se le ha propuesto á mi gratitud
para este empeño en que me ha servido de estímulo,
así el culpable silencio de los patricios, como
la plausible curiosidad de los estraños (á quienes ha
debido en sus escritos tan ilustres recuerdos) ha sido
solamente aquella generosa emulación, de que no le
falte á mi patria, lo que gozan otras ciudades de menor
bulto y nombre.
Conozco que V. S. con su nobleza, política lealtad
y circunspección, la representa mucho mejor, que yo
puedo bosquejarla; pero no sé si entre sus lucimientos
se dejará examinar mas bien, que entre mis borrones,
ya porque lo que es permitido vean todos en
los originales, se comunica fácilmente en las copias, ó
ya porque hay ojos tan achacosos, que ofuscándose con
las claridades, suelen percibir mas entre las sombras.
La que yo solicito y me prometo en el amparo de
V. S. no puede dejarme de ser tan benigna, como segura;
pues siendo la obra y el autor cosas tan de V. S.
se halla precisado igualmente á protegerles. Perdonándome
el que cuando be procedido tan osado en la
ejecución de un proyecto superior á las fuerzas de mi
habilidad,- me porte tan modesto en los elogios de
V. S. porque no quiero eslabonar yerro á yerro, dando
que sufrir mas á su prudencia, y que disimular á
mi ignorancia y atrevimiento.
Dios nuestro Señor guarde á V. S. con los aumentos
y felicidades que le suplico. Habana y Noviembre
treinta, de mil setecientos sesenta y uno.
Muy Ilustre señor.
B. L. M. de V. S.
|