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CAPÍTULO XX

DEL GOBIERNO Y CAPITANÍA GENERAL
DE ESTA CIUDAD E ISLA, NOTICIAS
DE SU JURISDICCIÓN, PREEMINENCIAS
Y FACULTADES

 

Pasando de la descripción material de la Habana, y de las circunstancias de sus vecinos y naturales que como miembros componen el cuerpo civil de la república, trataré de los tribunales que la forman y autorizan y gozan de jurisdicción ordinaria y delegada para la administración de justicia, cobro de la Real Hacienda y régimen económico de ella, comenzando por el primero en lo secular, que es el de su Gobernador y Capitán General, que casi siempre o muy desde los principios ha residido aquí, pues aunque el año de 1607 fue cuando se declaró por Su Majestad que el Gobernador de la Habana fuese el Capitán General de toda la Isla, consta de la misma cédula que mucho tiempo antes tenían su asiento en ella, y lo verifican también muchos monumentos antiguos y es la razón de haberla reputado algunos autores capital de Cuba. Error muy disculpable en Mr. de Chevigni, así por no ser nacional, como porque atendiendo como se ha dicho a que tienen en ella su asiento los Gobernadores y su residencia los Obispos, la han juzgado probablemente la cabeza de la Isla, concurriendo a más de estos requisitos la circunstancia de que las leyes establecidas para el Gobierno Político, Económico y Eclesiástico, han salido de esta ciudad, formándose en ella cuando era villa, en virtud de real facultad, por el Doctor Alonso de Cáceres, las ordenanzas municipales que pertenecen al primero y segundo, y después las constituciones sinodales que corresponden al último, por el señor obispo Don Juan García de Palacios el año de 1680, lo que sin duda acredita a la Habana para ser tenida por única cabeza de toda la Isla, pues hablando Isaías de la ciudad de Sión, y queriendo explicar sus mayorías sobre todas las de Judea como metrópoli de Israel, dijo así: quia de Sion exibit lex, frase con que manifestó el Profeta la preeminencia y superioridad que gozaba sobre todas las cosas.

La jurisdicción de este Gobierno y Capitanía General se extiende en lo militar y materias de comiso a toda la Isla, y en lo político, además de esta ciudad, comprende las de Trinidad y Matanzas y las villas de Puerto del Príncipe, Sancti-Spíritu, Santa Clara, San Juan de los Remedios, Guanabacoa y el pueblo de Santiago de las Vegas, con otras diversas vecindades que son la mayor y mejor porción de las poblaciones de esta isla de Cuba, de las cuales determino dar en este capítulo una breve noticia, expresando las distancias en que se hallan de esta capital, y algunas de las otras circunstancias que pueden contribuir no sólo para la inteligencia de los lectores, sino para otros fines de que puede aprovecharse el Estado para adelantar con su fomento el comercio de la nación en estos dominios. Valiéndome para el acierto en este particular de lo que dejó escrito en su proemio geógrafomercantil el Doctor Don Bernardo de Urrutia y Matos, tan bien instruido en esta materia como lo era en las de su profesión, y en otras muy peregrinas de que se hizo tan capaz su sobresaliente ingenio y feliz estudio.

Tiene esta ciudad casi a la vista la villa de la Asunción de Guanabacoa, porque desde sus riberas descubre la torre principal, y otros edificios y templos de ella. Fundose, como he dicho, el año de 1554, para establecer los indios naturales que vagaban sin vecindad fija por los montes y haciendas de la jurisdicción; se halla hoy poblada de españoles con más de 700 casas y con un vecindario de 3,000 familias; sus alcaldes y regidores ejercen dentro de sus goteras y haciendas propias de sus vecinos; tiene un convento de San Francisco, iglesia y renta para otro de Santo Domingo, y un hospital nuevamente establecido.

El puerto y ciudad de San Carlos de Matanzas, abrigado de un castillo de fortificación moderna, se le demarca en distancia de 20 leguas de esta ciudad, frente del Canal Nuevo: su bahía es hermosa, y por tres ríos que recibe saca maderas y buen tabaco; tiene hasta hoy poca vecindad, porque aún se está fomentando.

Lo mismo son la ciudad de San Felipe y Santiago con título de Marquesado, y la de Santa María del Rosario con el de Condado, y el pueblo de Santiago de Compostela,1 fundado en el año de 1748, a cuya imitación se podían civilizar otros muchos, especialmente sobre el río de los Güines, donde por las buenas cosechas de tabaco habitan más de 200 familias, asistidas por un párroco que les administra los sacramentos y demás auxilios espirituales.

Caminando de esta ciudad para el Oriente se encuentra vecina al término de su jurisdicción, a distancia de 80 leguas, la villa de Santa Clara, llamada Pueblo Nuevo, situada en el más fértil y rico territorio de la Isla, pues a más de llevar cuantos frutos se cogen en ella, produce también algún oro, y da con abundancia cosechas de trigo, higos, rosas y otras plantas que asemejan su país al de Andalucía; tiene más de 400 vecinos y saca algún ganado para esta ciudad.

A la banda del norte, en igual distancia que la antecedente, está situada la villa de San Juan de los Remedios, nombrada Cayo Viejo, porque de su vecindad salió la población de Santa Clara; tiene 300 vecinos, abundancia de cerdos y tabaco; a poco más de una legua tiene un surgidero para embarcaciones pequeñas, y sirve regularmente de escala a las que trafican desde la Guanaja, en la costa de Puerto del Príncipe, a esta ciudad.

Noventa leguas de ella, a la parte del sur, se halla situada la de Trinidad, poblada de 500 a 600 vecinos, con un convento de San Francisco; su puerto más traficado es incómodo por servirse de un río; pero tiene a distancia de dos leguas la bahía de Casilda, y otros surgideros no muy distantes. Hace azúcar y coge buen tabaco, y aunque el terreno es alto y pedregoso, logra mejores cosechas que otros lugares por la aplicación y trabajo de sus vecinos: comercia con Cartagena y Portobelo que la proveen de dinero y con Campeche de que saca venados y algunos ajuares.

Entre esta población y Cayo Viejo, 100 leguas de la Habana, está situada la villa de Sancti-Spíritu, de 3,000 vecinos, con convento de San Francisco y un hospicio de Santo Domingo. Tiene trapiches en que hace miel de que labra aguardiente para su gasto. Coge tabaco y abunda de ganado, trata con Portobelo y Chagres por dos surgideros, el uno en el río de Sasá, seis leguas distante, y el otro siete leguas al sur, con aguada, playa y anclaje para todos los bajeles nombrado Tayabacoa.

Estas cuatro poblaciones comparten un territorio de 65 leguas a lo largo y más de 20 de ancho: la menor porción cabe a la Trinidad, y la mayor a Sancti-Spíritu, con hermosos ríos que pueden regar todo el país.

A 150 leguas de la Habana se halla la villa de Puerto del Príncipe, que sobresale en la arquitectura y caudales; tiene 50 leguas de jurisdicción a lo largo y como 22 a lo ancho, con un Surgidero al norte, nombrado la Guanaja, en distancia de 10 leguas, y dos al sur para todas embarcaciones, sus nombres Santa María y Santa Cruz. Estos, y lo opulento de sus haciendas, lo hacen mercantil en carne, cueros, sebo, azúcar, mulas y tejidos de palma que suplen y aun mejoran los de esparto. El padrón de sus dos parroquias principales cuenta 14,380 personas: tienen dos conventos de San Francisco, y la Merced calzada, y un hospital de San Juan de Dios, colegio de la Compañía de Jesús, y una iglesia y viviendas destinadas para recolección de menores observantes, para que espera licencia. Sus ingenios llegan a 60, y los criaderos de vacas, cerdos, cercados de mulas, estancias y vegas de labor, pasan de mil.

En todas estas poblaciones hay un Ayuntamiento que elige cada año dos alcaldes ordinarios y dos de la hermandad (a excepción de Guanabacoa a quien hoy se le ha concedido nombre sólo uno de la última clase, y el pueblo de Santiago que no usa de la facultad por lo respectivo a esta misma) por quienes se les administra justicia, un síndico procurador del común, mayordomo y demás oficios de república, que todas llevan confirmación de la Capitanía General. Por lo que mira a lo eclesiástico tiene un comisario de Inquisición, un subdelegado particular de Cruzada y un vicario foráneo, uno o dos curas, sacristán mayor y proporcionado clero.

Presenta este Gobierno, por regalía del Vicepatronato, más de 28 beneficios curados y poco menos simples, provee en propiedad dos tenientes de gobernador, capitanes a guerra, el uno en la villa de Santa María del Puerto del Príncipe, y el otro de la ciudad de la Trinidad y tres villas anexas, que gozan de salario cada uno mil pesos, situados en descaminos, en interín todos los empleos militares de su jurisdicción que son muchos, así de la tropa arreglada como del Cuerpo de las milicias urbanas.

Tuvo largo tiempo teniente letrado, que a los principios sería con nombramiento suyo, hasta que el año de 1664 se ordenó que se proveyese por consulta del Supremo Consejo de las Indias. El sueldo que tuvieron los gobernadores de esta plaza antiguamente era de 3,308 pesos, pero ya de algunos años a esta parte se les ha señalado 10,000 pesos anuales, que con dos mil que gozan como conservadores de la Real Compañía de esta Isla, que era lo mismo que tenían antes por la de negros, y otros debidos y gruesos emolumentos, hace que se hermanen en este empleo el honor y la conveniencia, siendo hoy dignamente estimado por uno de los de mayor confianza, lustre y autoridad de los de Indias, a excepción de los Virreinatos de los tres Reinos establecidos en ellas, en cuya atención se ha tenido por ascenso la promoción de otros gobiernos y presidencias para el de esta ciudad, de que hizo tan honroso aprecio Don Francisco Dávila Orejón, que lo obtuvo ha cerca de un siglo, que no dudó decir y expresar que su manejo y posesión le había constituido feliz, como puede verlo el curioso en la obra que cito y corre impresa.

Ultimamente se ha dignado Su Majestad conferir a este empleo la superintendencia del Real y Apostólico Tribunal de la Santa Cruzada, en las nuevas órdenes y disposiciones expedidas para el régimen y gobierno de él, y de esta facultad y ejercicio se hallan en posesión desde el año de 1753.

Las personas que han gobernado esta ciudad desde su fundación, así como tenientes del Adelantado de ella y de sus primitivos Gobernadores, y después con el carácter de Capitanes Generales, son las que expresaré sucesivamente en éste y el inmediato capítulo, valiéndome de las noticias que he podido adquirir en algunas historias de las de este Nuevo Mundo, cédulas reales y libros capitulares de esta ciudad, documentos de igual autoridad todos.

 Años
1518.—Pedro de Barba, Teniente del Gobernador Diego Velázquez, según la Historia de la Conquista de Nueva España.
1538.—Juan de Rojas, según la de Florida.
1539.—Hernando de Soto, Adelantado de dicha provincia, Caballero del orden de Santiago, Gobernador y Capitán General
           de esta Isla.
1539.—El mismo Juan de Rojas con Doña Isabel de Bobadilla, mujer del Adelantado, según la del Inca.
1545.—Licenciado Juan de Ávila, conforme a la Historia del Nuevo Reino, escrita por Don Lucas Fernández de Piedra Hita.
1547.—Licenciado Antonio de Chávez, Gobernador de esta ciudad e Isla, según real cédula del año de 1548.
1549.—Doctor Gonzalo Pérez de Angulo, Gobernador.
1550.—Juan de Hinestrosa, como Lugarteniente del antedicho, por haber salido a visitar la comarca.
1554.—Diego de Masariegos, cuyo título fue despachado en Valladolid a 21 de marzo de 1551, había militado en México contra                los indios mingúes y chapotecas,2 según los autores que van al margen.
1556.—Juan de Rojas, como teniente del antedicho, por haber pasado a visitar la ciudad de Santiago de Cuba.
1565.—García Osorio, Gobernador y Capitán General.
1568.—Pedro Meléndez de Avilés, Caballero del Orden de Santiago, Adelantado de la Florida, Gobernador y Capitán General.
1568.—Doctor Francisco de Zayas, como Teniente por ausencia del dicho.
1569.—Diego de la Rivera y Cepero, Gobernador y Justicia Mayor de esta ciudad e Isla.
1570.—Pedro Meléndez Márquez, sobrino del Adelantado, en virtud de nombramiento suyo por ausentarse de esta ciudad.
1571.— Juan Alonso de Navia, por nombramiento del referido Adelantado con motivo de pasar el antedicho a socorrer la Florida.
1572.—Pedro Meléndez Márquez.
1574.—Sancho Pardo Osorio, por el mismo delantado, Persuádome con fundamento que este sujeto el año de 1600 obtuvo el                  empleo de General de galeones
1576.—Don Gabriel de Montalvo, del orden de Santiago, Alguacil mayor de la Inquisición de Granada, Gobernador y Capitán                    General.
1577.—Diego de Soto, su Lugarteniente.
1578.—Capitán Francisco Carreño, Gobernador.
1580.—Licenciado Gaspar de Torres, Gobernador.
1584.—Gabriel de Luján, Gobernador y Capitán General y Alcaide de la Fortaleza.
1585.—Pedro Guerra de la Vega, proveído por la Real Audiencia de Santo Domingo por deposición del antecedente.
1586.—Gabriel de Luján, restituido.
1589.—Maestre de Campo Juan de Tejeda, del orden de Santiago, Gobernador y Capitán General y Superintendente de las                      Fortificaciones de las plazas marítimas de Indias, Alcaide del castillo de Baserta.
1596.—Don Juan Maldonado Barrionuevo, del mismo orden, Gobernador y Capitán General.
1602.—Don Pedro Valdés, Caballero y Alférez Mayor del dicho orden, Comendador de Oreja en ella, Gantilhombre de la casa del              Rey, Gobernador y Capitán General, en cuyo tiempo se declaró anexa a este Gobierno la Capitanía General de la Isla.
1608.—Don Gaspar Ruiz de Pereda, del propio orden, Gobernador y Capitán General.
1616.—Sancho de Alquízar, Gobernador y Capitán General, que antes lo había sido de la provincia de Venezuela y de la Guayana.
1620.—Sargento Mayor Jerónimo de Quero, Alcaide del Morro en virtud de real provisión de la Audiencia, Gobernador y Capitán                General.
1620.—General Don Francisco Venegas. Discurro que el grado de General de que usaba era por haberlo sido de galeones el año                de 1617.
1624.—Don Damián Velázquez de Contreras, Gobernador de lo político, y [de] la guerra Juan de Esquivel Saavedra como Alcaide              del Morro, y después Cristóbal de Aranda que le sucedió.
1625.—Don Juan Francisco Abad de Riva Martín, proveído Gobernador y Capitán General por la Real Audiencia del distrito.
1625.—Doctor Damián Velázquez de Contreras en virtud de real despacho que cito al margen.
1626.—Don Lorenzo de Cabrera y Corvera, del orden de Santiago, Gobernador y Capitán General; antes había sido Corregidor y              Capitán a guerra de la ciudad de Cádiz y castellano de la fortaleza de Santa Catalina.

1. Santiago de las Vegas (Provincia de la Habana).

2. Para referirse a los mijes y zapotecas.


ensayos

 

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