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LA GRUTA.

Yo era Casique de mi pueblo indiano, Vasallos tuve i espaciosas tierras, Floridos bosques i encumbradas sierras, Palmas de guano. Perdí mis cedros i olorosas jaguas: ¡Cuánto mi triste corazón adora! Perdí en la orilla de la mar sonora Bellas piraguas. Perdí las sendas del verjel estrechas, Donde trinaba el tropical sinsonte, Perdí el carcaj en que llevaba al monte Rápidas flechas. Perdí los pinos de mis verdes lomas, Las dulces frutas del anón campestre, I el blando arrullo en el hogar silvestre de mis palomas. Perdí las fiestas que en los campos mios Me daban todos los vasallos fieles, Mis blancas plumas i variadas pieles, I mis bohíos. Guardo una flor de tan aciago dia, Mi dulce Orfeya, mis tormentos llora, Tú la esperanza que me queda ahora, Ven, vida mía. Ya no me ajito cual jentil maboa Que en vano busca en la tormenta apoyo, Tranquilo voi como en serenó arroyo Va la canoa. He descubierto a nuestro amor, mi vida, Aun mas hermosa que el feliz bohío, A las orillas del callado rio Gruta escondida. Allí se elevan tropicales jaguas Por la hendidura de entreabiertas bocas, I forman tazas de preciosas rocas Límpidas aguas. A donde quieras miraras, Orfeya, Ocultas salas en recinto estrecho, Rica labor en primoroso techo... Ven, Siboneya. A donde quiera un manantial que brota, I no hai rumor que su sonido iguale, Raudal que lento i cristalino sale Gota por gota. I al rededor de la escondida gruta Donde en mis sueños de placer te llamo Ya nos espera en el fragante ramo La dulce fruta. Para mi Orfeya, mi amorosa indiana, En clara fuente o escondido charco, Silban mis flechas al salir del arco, Mato la iguana. Escucharemos en las verdes lomas De las guamicas el clamor sentido, I prenderemos en su bello nido Tiernas palomas. Aquí entre flores, mi querida Orfeya, Dulce placer al corazón encanta, Suena la brisa i el sinsonte canta... Ven, Siboneya. Tu voz me embriaga i tus miradas sigo, Ya no le temo al huracán airado; Ni a la tormenta que arrasó mi prado Temo contigo. Dos lirios son nuestras sensibles almas que el manso viento de la noche mueve... Ven, tú que imitas con tu talle leve Güines i palmas. Mientras loa besos de mi amor recojas A bellos mundos en tu afan me encumbras, Lindo cocuyo que temblando alumbras Entre las hojas. Aqui vivimos suspirando amores, Limpída fuente donde quiera mana… Nos basta aquí para vivir, cubana, Tortas i flores. Oir los votos de tu amor me basta, Nunca dejemos nuestro hogar, bien mió, Aquí muramos al rumor del rio, Tórtola casta. Aquí al morir, idolatrada Orfeya, El néctar beba de tus labios rojos. Y el sol me alumbre de tus negros ojos, Ven, Siboneya. Aquí al morir en el florido monte Sienta tu voz i tu amoroso alhago, tiemblen las flores i suspire el lago. Cante el sinsonte.

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