Que siga el Caballero su camino
Agravios desfaciendo con su lanza:
Todo noble tesón al cabo alcanza
Fijar las justas leyes del destino.
Cálate el roto yelmo de Mambrino
Y en tu rocín glorioso altivo avanza,
Desoye al refranero Sancho Panza
Y en tu brazo confía y en tu sino.
No temas la esquivez de la Fortuna:
Si el Caballero de la Blanca Luna
Medir sus armas con las tuyas osa
Y te derriba por contraria suerte,
De Dulcinea, en ansias de tu muerte,
¡Di que siempre será la más fermosa!
Enrique Hernández Miyares
1839-1914
Hernández Miyares adquirio celebridad debido en buena parte a la polémica desatada en torno a este soneto, acusado a principios del siglo xx de ser un remedo de otro texto del poeta español Francisco Rodríguez Marín. Aclarada su legitimidad, este poema de Hernández Miyares continúa entre lo mejor de la longeva tradición sonetística cubana.
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