Nada importa, Cuba, que te tengan presa, te siento conmigo dormido o despierto en clara mañana o en la noche espesa, siempre con mi barca llegaré a tu puerto... Cuando no pudiera los mares cruzar hasta tus riberas por mí tan amadas, yo sé que algo tuyo me vendrá a buscar bajo las estrellas o en las alboradas. Algo de mi Cuba, Cuba de mi alma, de noche y de día sueño yo contigo; con tus playas sueño, con tu airosa palma con tu limpio cielo, con tu ambiente amigo Qué dulces tus horas para cuantos llegan hasta tu pedazo de tierra sin par, Que todos al verte felices se entregan, porque Cuba es tierra para disfrutar...
Si das goce a todos generosamente, con playas y cielo, con paisaje y sol, no imagines, Cuba, que me sienta ausente de tanta belleza, de tanto esplendor. Como estás conmigo donde yo me halle, y en donde estuviere estaré yo en ti: aún vivo mi casa, camino mi calle, ¡nadie me convence que de ti me fui! Sigo yo en mi tierra, estoy con los míos, pienso que es mentira que te han destrozado, que no desviaron ni a seres ni a ríos, que todo está intacto, ¡que es que yo he soñado! Nada importa, Cuba, que te tengan presa, los que en ti nacimos te libertaremos: la desecha casa, la arruinada empresa con nuestros trabajos las reconstruiremos. Yo te juro, Cuba, que ya en lo adelante, viviremos todos en gran hermandad, que nos uniremos en amor triunfante bajo el manto amante de la Caridad...
Enrique Cazade