Cuando cierre los ojos a la vida, y este cuerpo deje ya de suspirar, Mi alma, que ahora vive a la deriva. No se ira sin ir a Cuba a visitar. Flotara', sobre esos mares de aguas claras. Y volara sin descansar hasta encontrar. Un pueblecito llamado Viñales. Un vello Valle, que no tiene rival. Yo partí siendo apenas una niña Yo me fui; mas mi risa quedo allá. si partí; pero deje entre la brisa aquella chiquilla que aprendia a jugar. Visité, muchos pueblos y ciudades. Infructuosa fui, tratando de encontrar. Otro azul como el cielo de Cuba, otra caña que me sepa a las de allá. No he podido encontrar por estos lares una tierra como la que me dio el ser. Y con versos le rindo este homenaje a mi patria que no me vio crecer. Si me pide el Tirano me detenga, si pregunta siquiera a donde voy. Le diré simplemente que estoy muerta, pero aunque muerta, cumpliré con mi misión. Si he venido fue a encontrarme con otra alma. La de aquel hombre que casi me dio el ser, el murió clamando por su nieta. Pero tu nunca, me lo dejaste ir a ver. Colocare rosas rojas en su tumba, besare sus mejillas con amor. Tomare su frágil mano entre mis dedos y rezaremos un rosario por los dos. Ya estando listos para partir de nuevo en ese viaje que va a la eternidad. Elevaremos nuestras almas hacia el cielo A donde nadie, ¡nos las pueda separar!
Mary Sol Méndez
(1997)