El hijo de un pueblo prostituido y sin derechos,
no puede sin deshonra personal, poner el pie en
la casa, confesa o disimulada, de las personas o
sociedades que representen al gobierno que
prostituye a su pueblo y conculca sus derechos.
José Martí
(Publicado en Patria, New York, 1 de Noviembre de 1892)
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