La Poesía es Sagrada

	La poesía es sagrada. Nadie 
	De otro la tome, sino en sí. Ni nadie 
	Como a esclava infeliz que el llanto enjuga 
	Para acudir a su inclemente dueña, 
	La llame a voluntad: que vendrá entonces 
	Pálida y sin amor, como una esclava. 
	Con desmayadas manos el cabello 
	Peinará a su señora: en alta torre, 
	Como pieza de gran repostería, 
	Le aprefará las trenzas; o con viles 
	Rizados cubrirá la noble frente 
	Por donde el alma su honradez enseña; 
	O lo atará mejor, mostrando el cuello, 
	Sin otro adorno, en un discreto nudo. 
	¡Mas mientras la infeliz peina a la dama, 
	Su triste corazón, cual ave roja 
	De alas heridas, estará temblando 
	Lejos ¡ay! en el pecho de su amante, 
	Como en invierno un pájaro en su nido! 
	¡Maldiga Dios a dueños y tiranos 
	Que hacen andar los cuerpos sin ventura 
	Por do no pueden ir los corazones!