Noche de Mayo

	Con un astro la tierra se ilumina;
	Con el perfume de una flor se llenan
	Las ámbitos inmensos. Como vaga,
	Misteriosa envoltura, una luz tenue
	Naturaleza encubre, y una imagen
	Misma del linde en que se acaba brota
	Entre el humano batallar. ¡Silencio!
	¡En el color, oscuridad! ¡Enciende
	El sol al pueblo bullicioso y brilla
	La blanca luz de luna! En los ojos
	La imagen va, porque si fuera buscan
	Del vaso herido la admirable esencia,
	En haz de aromas a los ojos surge;
	Y si al peso del párpado obedecen,
	¡Como flor que al plegar las alas pliega
	Consigo su perfume, en el solemne
	Templo interior como lamento triste
	La pálida figura se levanta!
	¡Divino oficio! El Universo entero,
	Su forma sin perder, cobra la forma
	De la mujer amada, y el esposo
	Ausente, el cielo póstumo adivina
	Por el casto dolor purificado.
	

Según nota de Gonzalo de Quesada y Aróstegui, es dudoso que este título sea el que Martí pensaba dar al poema.