Yo ni de dioses ni de filtro tengo Fuerzas maravillosas: he vivido, ¡Y la divinidad está en la vida! : ¡Mira si no la frente de los viejos! Estréchame la mano: no, no esperes A que yo te la tienda: ¡yo sabía Antes tenderla, de mi hermoso modo Que envolvía en sombra de amor el Universo! Hoy, ya no puedo alzarla de la piedra, Donde me siento: aunque el corazón en Plumas nuevas se viste y tiende el ala. ¡No acaba el alma humana en este mundo! Ya cual bucles de piedra, en mi mondado Cráneo cuelgan mis últimos cabellos; ¡Pero debajo no! ¡debajo vibra Todo el fuego magnifico y sonoro Que mantiene la tierra! ¡Ven y toma Esta mano que ha visto mucha pena! Dicen que así verás lo que yo he visto. ¡Aprieta bien, aprieta bien mi mano! - ¡Es bueno ir de la mano de los jóvenes! ¡Ahí, de sombra a luz, crece la vida! JDéjame divagar: la mente vaga Como las nubes, madres de la tierra! Mozo, ven, pues: ase mi mano y mira: Aquí están, a tus ojos, en hilera, Frías y dormidas como estatuas, todas Las que de amor el pecho te han movido: ¡Las llaves falsas, Jóveno, del cielo! Una no más sencillamente lo abre Como nuestro dominio: pero nota Como estas barbas a la tierra llegan Blancas y ensangrentadas, y aún no topo Con la que me pudiera abrir el cielo. En cambio, mira a mi redor: la tierra Está amasada con las llaves rotas Con que he probado a abrirlo: - ¡y que éste es todo El mundo dicen los bellacos luego! ¡Viene después un cierto olor de rosa, Un trono en una nube, un vuelo vago, Y un aire y una sangre hecha a besos! ¡Pompa de claridad la muerte miro! ¡Palpa cual, de pensarla, están calientes, Finos, como si fuesen a una boda, Agiles como alas, y sedosos Como la mocedad después del baño, Estos bucles de piedra! Gruñes, gruñes De estas cosas de viejo... Ahí están todas Las mujeres que amaste; llaves falsas Con que en vano echa el hombre a abrir el cielo. Por la magia sutil de mi experiencia Las miro como son: cáscaras todas. Esta de nácar, cual la Aurora brinda, Humo como la Aurora: ésta de bronce: Marfil ésta; ésa ébano; y aquélla, ¡De esos diestros barrillos italianos De diversos colores...! ¡cuenta! Es fijo... ¿Cuántos años cumpliste? ¿Treinta? Es fijo Que has amado, y es poco, a más de ciento: ¡Se hacen muy fácilmente y duran poco, Las estatuas de cieno! Gruñes, gruñes De estas cosas de viejo... ...¡A ver qué tienen Las cáscaras por dentro! ¡Abajo, abajo Esa hermosa de nácar! ¡qué riqueza Viene al suelo de espalda y hombros finos! ¡Parece una onda de ópalo cuajada! ¡Sube un aroma que perfuma el viento, Que me enciende la carne, que me anubla El juicio, a tanta costa trabajado! Pero vuélvela a diestra y siniestra, A la luna y el sol: ¡no hay nada adentro! ¿Y en la de bronce? ¿qué hallas? ¡con qué modo Loco y ardiente buscas! aún humea Esa de bronce en restos: ¿qué has hallado Que con espanto tal la echas en tierra? ¡Ah, lo que corre el duende negro: un cerdo! Y ¿ésa? ¡una uña! Y ¿ésa? ¡ay! una piedra Mas dura que mis bucles: ¡la más terrible Es esa de!a piedra! Y ¿esta moza Toda de colorines? ¡saca! ¡saca! ¡Esta por corazón tiene un vasillo Hueco, forrado en láminas de modas! ¿Esa? ¡nada! ¿Esa? ¡nada! ¿Esa? Una doble Dentadura, y manchado cada diente De una sangre distinta: ¡mata, mata! ¡Mata con el talón a esa culebra! Y ¿ésa? ¡Una hamaca! Y ¿ésa, pues, la última, La postrer de las cien, qué le has hallado Que le besas los pies, que la rehaces De prisa con tus manos, que la cubres Con sus mismos cabellos, que la amparas Con tu cuerpo, que te echas de rodillas? ¿Qué tienes? ¿ qué levantas en las manos Lentamente como una ofrenda al cielo? ¿Entrañas de mujer? No en vano el cielo Con una luz tan suave se ilumina. ¡Eso es arpa: eso es sol...! ¿De cien mujeres, una con entrañas? ¡Abrázala! ¡arrebátala! con ella Vive, que serás rey, doquier que vivas: Cruza los bosques, que los lobos mismos Su presa te darán, y acatamiento: Cruza los mares, y las olas lomo Blando te prestarán; los hombres cruza Que no te morderán, aunque te juro Que lo que ven lo muerden, y si es bello Lo muerden más; y dondequier que muerden Lo despedazan todo y envenenan. ¡ Ya no eres hombre, Jóveno, si hallaste Una mujer amante! : o no - ¡ya lo eres! |