15.- La lluvia de la noche, el fango, el baño en el Contramaestre : la caricia del agua que corre : la seda del agua. A la tarde, viene la guerrilla : que Masó anda por la Sabana, y nos lo buscan : traen un convoy, cogido en La Ratonera. Lo vacían a la puerta : lo reparte Bellito : vienen telas, que Belllito mide al brazo : tanto a la escolta, - tanto a Pacheco, el Capitán del convoy, y la gente de Bellito, - tanto al Estado Mayor: velas, una pieza para la mujer de Rosalio, cebollas y ajos, y papas y aceitunas para Valentín.

Cuando llegó el convoy, allí el primero, Valentín, al pie, como diciendo ansioso. Luego la gente alrededor. A ellos un galón de "vino de composición para tabaco", - más vino dulce : Que el convoy de Bayamo sigue sin molestar a Haire, repartiendo raciones. Lleva once prácticos, y Francisco Dieguez entre ellos : "Pero él vendrá: él me ha escrito: lo que pasa es que en la fuerza teníamos a los. bandidos que persiguió él, y no quiere venir, los bandidos de El Brujito, el muerto de Hato del Medio". Y no hay fuerzas alrededor con que salirle al convoy que va con 500 hombres. Rabí, - dicen - atacó el tren de Cuba en San Luis, y quedó allí. De Limbano hablamos, de sobremesa : y se recuerda su muerte, como la contó el práctico de Mayarí, que había acudido a salvarlo, y llegó tarde. Limbano iba con Mongo, ya deshecho, y llegó a casa de Gabriel Reyes, de mala mujer, a quien le había hecho mucho favor: le dio las monedas que llevaba : la mitad para su hijo de Limbano y para Gabriel la otra mitad, a que fuera a Cuba, a las diligencias de su salida. y el hombre volvió con la promesa de 2,000 pesos, que ganó envenenando a Limbano. Gabriel fue al puesto de la guardia civil. que vino y disparó sobre el cadáver, para que apareciera muerto de ella. Gabriel vive en Cuba, acusado de todos los suyos: su ahijado le dijo: "Padrino, me voy del lado de usted, porque usted es muy infame". Artigas, al acostarnos pone grasa de puerco sin sal sobre una hoja de tomate, y me cubre la boca del nacido.

16.- Sale Gómez a visitar los alrededores. Antes, registro de los sacos, del Teniente Chacón, Oficial Díaz, Sargento P. Rico, que murmuran, para hallar un robo de media botella de grasa. Convicción de Pacheco, el Capitán : que el cubano quiere cariño, y no despotismo: que por el despotismo se fueron muchos cubanos al gobierno y se volverán a ir: que lo que está en el campo, es un pueblo, que ha salido a buscar quien lo trate mejor que el español, y halla justo que le reconozcan su sacrificio. Cálmo, y desvío sus demostraciones de afecto a mí, y las de todos. Marcos, el dominicano: "¡Hasta sus huellas!" De casa de Rosalio vuelve Gómez. Se va libre el alcalde de la Venta : que los soldados de la Venta, andaluces. se nos quieren pasar. Lluvia, escribir, leer.