ESCENA II

 

Doña Fe, la Camarista y acompañamiento, que salen de misa.

Doña Fe.

Ya cumplimos con Dios. La santa misa
hemos oído con unción sincera,
El Señor desde el cielo nos bendice
y oye las preces de sus pobres siervas.

La Camarista.

Mi señora, la noble doña Casta,
terminada la misa, hacia aquí llega.
(Enérgica, a las indias:) 
Retiraos; que se acerca mi señora
y no quiere encontrar gente plebeya.
Retiraos.,

Indiana.

Y ¿por qué? La calle es libre,
Y, esta calle, calle es de nuestra tierra.
Que aunque nosotras somos de la plebe
y doña Casta es de la nobleza,
nosotras somos hijas de este suelo
y ella no es nada más que una extranjera,

 

 

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