I Homagno audaz, de tanto haber vivido Con el alma, que quema, se moría.- Por las cóncavas sienes las canosas Lasas guedejas le colgaban: hinca Las silenciosas manos en los secos Muslos: los labios, como ofensa augusta Al negro pueblo universal, horrible Pueblo infeliz y hediondo de los Midas,- Junta como quien niega: y en las selvas claras Ojos de ansia y amor que la vislumbre De la muerte feliz, que ya brilla Como en selva nocturna hoguera blanca La mirada caudal de un Dios que muere Remordido de hormigas. Suplicante A sus llagados pies Jóveno hermoso Tiéndese y llora; y en los negros ojos Desolación patética le brilla: No, no Homagno, ¡negras ropas visten Las mujeres de estos tiempos! - en que - Como hojas verdes en invierno, lucen: Oh las mujeres, oh las necias, trajes De vivísimos colores: - jubón rondo, Con trajes anchos de perlada seda: - En el galano Talle le ciñen: - oh, dime, dime Homagno, De este palacio de que sales; dime Qué secreto conjuro la uva rompe De las sabrosas mieles: di qué llave Abre las puertas del placer profundo Que fortalece y embalsama: dilo, Oh noble Homagno, a Jóveno extranjero: - La sublime piedad abrió los labios Del moribundo noble musitando. II De tanto haber vivido Homagno, y de alma grande, se moría. Jóveno. Dime, dime... ¿Cuál es el secreto, cuál es la llave? Amor, en quien la paz y luz residen Amor, sol de la vida. Coro de café. Detenéos, dadme, amigos, amor, café del alma. De tanto haber vivido Homagno, de todo dormido Con el alma, que quema, se moría: Por las cóncavas sienes las canosas Guedejas lasas le colgaban: hinca Las silenciosas manos en los secos Muslos: cual bordes que el vacío aprieta Sus labios finos e impecables junta: los labios como ofensa Al negro pueblo universal, horrible Pueblo infeliz y hediondo de los Midas,- Juntar, como quien niega: y en los claros Ojos de ansia y amor que la vislumbre De la Muerte feliz arriba brilla Como en selva nocturna blanca hoguera La mirada caudal de un Dios que muere Remordido de hormigas.- III La sublime piedad abrió los labios Del moribundo cual quien noble En mutuo amor al A aquella flor de la mañana, a aquella Gala, que, a aquella rica Fruta en sazón, que De dientes verdes, rojos, negros dientes Blanca como la luz, que Al Jóveno purifica, con larga, Dulce mirada Los dos labios abrió, los dos labios Labios de piedra, y con el triste acento Del que de un deseo brota enamorado: - La hoja seca y ruin que el pie deshonra Que la pobre mujer que los audaces Brazos vuelve a ti, ¡de amor loca! Date y tendrás: - a un, a un date: A que los muerda, y lo rompa, y hunda En hiel, en tibia hiel El Universo, Jóveno ¿La llave quieres, Jóveno, del mundo? La llave de la fuerza, la del goce Sereno y penetrante, la del hondo Valor que a mundos y villas, Como una gigante amazona desafía; La del escudo impenetrable, escudo ¡Contra la tentadora humana Infamia! - La llave quieres de los mundos todos: - Ama la espesa hiel De la existencia turbia y dura; de astros Amor, sol de la vida.
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