La Noche es la Propicia

	La noche es la propicia
	Amiga de los versos. Quebrantada,
	Como la mies bajo la trilla, nace
	En las horas ruidosas la Poesía.
	A la creación la oscuridad conviene -
	Las serpientes, de día entrelazadas
	Al pensamiento, duermen: las vilezas
	Nos causan más horror, vistas a solas.
	Deja el silencio una impresión de altura: -
	Y con imperio pudoroso, tiende
	Por sobre el mundo el corazón sus alas.
	¡Noche amiga,- noche creadora!:
	Más que el mar, más que el cielo, más que el ruido
	De los volcanes, más que la tremenda
	Convulsión de la tierra, tu hermosura
	Sobre la tierra la rodilla encorva.
	A la tarde con paso majestuoso
	Por su puerta de acero entra la altiva
	Naturaleza, calla, y cubre al mundo,
	La oscuridad fecunda de la noche:
	Surge el vapor de la fresca tierra;
	Pliegan sus bordes las cansadas hojas;
	Y en el ramaje azul tiemblan los nidos.
	Como en un cesto de coral, sangrientas,
	En el día, las bárbaras imágenes
	Frente al hombre, se estrujan: tienen miedo,
	Y en la taza del cráneo adolorido
	Crujen las alas rotas de los cisnes
	Que mueren del dolor de su blancura.
	¡Oh, cómo pesan en el alma triste
	Estas aves crecidas que le nacen
	Y mueren sin volar! ¡Flores de plumas
	Bajo los pobres versos, estas flores,
	Flores de funeral mortandad!
	¿Dónde, lo blanco
	Podrá, segura el ala, abrir el vuelo?
	¿Dónde no será crimen la hermosura?

	Oleo sacerdotal unge las sienes
	Cuando el silencio de la noche empieza:
	Y como reina que se sienta, brilla
	La majestad del hombre acorralada.
	Vibra el amor, gozan las flores, se abre
	Al beso - de un creador que cruza
	La sazonada mente: el frío invita
	A la divinidad; y envuelve al mundo
	La casta soledad, madre del verso.
	 
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