Cruje la Tierra, Rueda Hecha Pedazos

	Cruje la tierra, rueda hecha pedazos
	La ciudad, urge el miedo a la concordia.
	Siervo y señor confúndense en abrazos:
	Bosques las calles son, bosques de brazos
	Que piden al Señor misericordia.

	La soberana espira bambolea,
	El pórtico corintio tiembla luego,
	Vota y jura la gente, el suelo humea
	Y sobre el llanto y el pavor pasea
	De torre en torre el misterioso fuego.

	Asoma: ¿,quién es? ¿quién puede en un minuto
	Revolcar en su polvo a las ciudades,-
	Trocar al hombre en espantado bruto,
	Echar la tierra sobre el mar enjuto,
	Aventar como arena las edades?

	Ya vuelve, ya adelanta, crece, oscila
	El suelo como un mar, se encrespa, ruge,
	Hincha el lomo, entreabre la pupila,
	Cuanto quedaba en pie rueda o vacila:
	Ya se apaga, se extingue, ronca, muge.

	La ciudad, como un árbol, se deshoja,
	Cortados a cercén vuelan los techos,
	Se abre la tierra blanda en cuenca roja
	Y a las madres, ¡tan fiera es la congoja!
	¡Se les seca la leche de los pechos!

	Salta una novia de la alcoba nueva
	Donde el naranjo fresco florecía:
	Muerta a su espalda el novio se la lleva:
	Párase, ve el horror, en negra cueva
	Rompe el suelo a sus pies, y a ella se fía.

	Abatido el poder, pálido el mando,
	El más bravo allí trémulo ejemplo
	De pavura mortal: huye llorando
	Un clérico infeliz: danzan temblando
	Sobre el altar los santos en el templo.

	Al lívido reflejo de las luces
	Vese allí un pueblo orando por sus vidas,
	Unos a rastras van; otros de bruces
	Piden merced a Dios, junto a las cruces
	De las torres magnificas caídas.

	Todos quieren vivir: ¡mas se ha notado
	Que hay uno allí que ve de más la vida;
	Uno en el pueblo entero! - un desterrado
	Que a anonadar su cuerpo quebrantado
	A las torres y pórticos convida.
	
6 de septiembre	
	 
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