Arabe

	Sin pompa falsa ¡oh árabe! saludo
	Tu libertad, tu tienda y tu caballo.
	Como se ven desde la mar las cumbres
	De la tierra, tal miro en mi memoria
	Mis instantes felices: sólo han sido
	Aquellos en que, a solas, a caballo
	Vi el alba, salvé el riesgo, anduve el monte,
	Y al volver, como tú, fiero y dichoso
	Solté las bridas, y apuré sediento
	Una escudilla de fragante leche.

	Los hombres, moro mío,
	Valen menos que el árbol que cobija
	Igual a rico y pobre, menos valen
	Que el lomo imperial de tu caballo.
	Sombra da el árbol, y el caballo asiento:
	El hombre, como el guao,
	Pudre a los que se acogen a su sombra.
	Oh, ya no viene el verso cual solía
	Como un collar de rosas, o a manera
	De caballero de la buena espada
	Toda de luz vestida la figura:
	Viene ya como un buey, cansado y viejo
	De halar de la pértiga en tierra seca.
	 
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