Un niño, de su cariño, me dio un beso tan sincero que al morir, si acaso muero, sentiré el beso del niño.
José Martí
1895
Este verso fue escrito por Martí en una tarjeta postal al niño Rafael Portuondo y Domenech, hijo del general Rafael Portuondo Tamayo, el que, al ir Martí a despedirse de su padre para marchar al campo de batalla, le dió un beso en la frente.