A María Entenza

	Allá en el rudo basalto 
	del murallón del camino, 
	absorto vio un peregrino 
	muy alto un lirio, muy alto. 

	Colgaba del negro muro, 
	que por alto y negro asombra, 
	como la flor de la sombra, 
	el lirio pálido y puro. 

	Así, en el largo martirio 
	de este destierro penoso, 
	tu corazón cariñoso 
	resplandece como un lirio.
	 

José Martí
Jacksonville, Julio de 1892