En ti pensaba yo, y en tus cabellos Que el mundo de la sombra envidiaría, Y puse un punto de mi vida en ellos Y quise yo soñar que tú eras mía. Ando yo por la tierra con los ojos Alzados - ¡oh, mi afán! - a tanta altura, Que en ira altiva o míseros sonrojos Encendiólos la humana criatura. Vivir: - Saber morir; así me aqueja Este infausto buscar, este bien fiero, Y todo el Ser en mi alma se refleja, Y buscando sin fe, de fe me muero.
José Martí
29 de marzo de 1875
Rosario de la Peña a quien Manuel Acuña escribiera su afamado Nocturno, quien finalmente se quitó la vida..