A mi Madre


Madre del alma, madre querida, 
Son tus natales, quiero cantar; 
Porque mi alma, de amor henchida, 
Aunque muy joven, nunca se olvida 
De la que vida me hubo de dar. 

Pasan los años, vuelan las horas 
Que yo a tu lado no siento ir, 
Por tus caricias arrobadoras 
Y las miradas tan seductoras 
Que hacen mi pecho fuerte latir. 

A Dios yo pido constantemente 
Para mis padres vida inmortal; 
Porque es muy grato, sobre la frente 
Sentir el roce de un beso ardiente 
Que de otra boca nunca es igual. 

1868

Según los biógrafos de Martí, estos son, los primeros versos que compuso, el Maestro.