ESCENA VI



Espirta

Esp.     Partió!... partió!... Tal vez ensangrentado,
	Lleno de heridas, a mis pies lo traigan;
	Con angustia y dolor mi nombre invoque;
	Y mezcle con las mías sus tristes lágrimas,
	Y mi mejilla con la suya roce
	Sin vida, sin color, inerte, helada!
	¡ Y detener no puedo el raudo llanto
	Que de mis ojos brota; a mi garganta
	Se agolpan los sollozos, y mi vista
	Nublan de espanto y de terror mis lágrimas!
	Mas ¿por qué he de llorar? ¿Tan poco esfuerzo
	Nos dio Nubia al nacer? ¿así acobardan
	A sus hijos las madres? ¿así lloran
	Cuando a Nubia un infame nos arranca
	¿Así lamentan su fortuna y gloria
	¿Así desprecian el laurel? ¿Tiranas,
	Quieren ahogar en el amor de madre
	El amor a la patria? Oh! no! derraman
	Sus lágrimas ardientes, y se quejan
	Porque sus hijos a morir se marchan!
	Porque si nubias son, también son madres!
	Porque al rudo clamor de la batalla
	Oyen mezclarse el ¡ay! que lanza el hijo
	Al sentir desgarradas sus entrañas!
	Porque comprenden que en la lucha nunca
	Sus hogares recuerdan, y se lanzan
	Audaces en los brazos de la muerte
	Que a una madre infeliz los arrebata


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