Abd. Perdona ¡oh madre! que de ti me aleje Para partir al campo. ¡Oh! estas lágrimas Testigos son de mi ansiedad terrible, Y el huracán que ruge en mis entrañas. (Espirta llora.) No llores tú, que a mi dolor ¡oh madre! Estas ardientes lágrimas le bastan El ay! del moribundo, ni el crujido Ni el choque rudo de las fuertes armas, No el llanto asoman a mis tristes ojos, Ni a mi valiente corazón espantan! Tal vez sin vida a mis hogares vuelva, U oculto entre el fragor de la batalla De la sangre y furor víctima sea. Nada me importa. Si supiera Abdala Que con su sangre se salvaba Nubia De las terribles extranjeras garras, Esa veste que llevas, madre mía, Con gotas de mi sangre la manchara!. Sólo tiemblo por ti: y aunque mi llanto No muestro a los guerreros de mi patria, Ve cómo corre por mi faz, ¡oh madre! Ve cuál por mis mejillas se derrama! Esp. ¿Y tanto amor a este rincón de tierra? ¿Acaso él te protegió en tu infancia? ¿Acaso amante te llevó en su seno? ¿Acaso él fue quien engendró tu audacia Y tu fuerza? responde! ¿O fue tu madre? ¿Fue la Nubia? Abd. El amor, madre, a la patria No es el amor ridículo a la tierra, Ni a la yerba que pisan nuestras plantas; Es el odio invencible a quien la oprime, Es el rencor eterno a quien la ataca; - Y tal amor despierta en nuestro pecho El mundo de recuerdos que nos llama A la vida otra vez, cuando la sangre Herida brota con angustia el alma; - La imagen del amor que nos consuela Y las memorias plácidas que guarda Esp. ¿ Y es más grande ese amor que el que despierta En tu pecho tu madre? Abd. Acaso crees Que hay algo más sublime que la patria Esp. ¿ Y aunque sublime fuera, acaso debes Por ella abandonarme? a la batalla Así correr veloz? ¿Así olvidarte De la que el ser te dio? ¿Y eso lo manda la patria Di! ¿Tampoco te conmueven La sangre ni la muerte que te aguardan? Abd. Quien a su patria defender ansia Ni en sangre ni en obstáculos repara! Del tirano desprecia la soberbia; En su pecho se estrella la amenaza; Y si el cielo bastara a su deseo Al mismo cielo con valor llegara! ¿No te quedas por fin? ¿Y me abandonas? Abd. No! madre, no! Yo parto a la batalla! Esp. Al fin te vas?... te vas?... ¡Oh, hijo querido! (Se arrodilla.) A tu madre infeliz mira a tus plantas! Mi llanto mira que angustioso corre! De amargura y dolor tus pies empapa! Deténte ¡oh hijo mío! Abd. Levanta ¡oh madre! Esp. Por mi amor... por tu vida... no... no partas! Abd. ¿Que no parta decís cuando me espera La Nubia toda Oh! no! ¿cuando me aguarda Con terrible inquietud a nuestras puertas Un pueblo ansioso de lavar su mancha Un rayo sólo detener pudiera El esfuerzo y valor del noble Abdala¡ Esp. Y una madre infeliz que te suplica, (con altivez.) Que moja con sus lágrimas tus plantas, ¿No es un rayo de amor que te detiene? ¿No es un rayo de dolor que te anonada? Abd. Cuántos tormentos!... Cuán terrible angustia! Mi madre llora... Nubia me reclama... Hijo soy... nací nubio... Ya no dudo, Adiós! Yo marcho a defender mi patria! (Se va.)