La primera conspiracion para la independencia de Cuba, y de gran magnitud que se dio en Cuba, fue la “Conspiración de los Rayos y Soles de Bolìvar. Se descubrió en Agosto de 1823 en la Ciudad de la Habana. Segun las fuentes, se formo causa contra 602 individuos aunque por fuentes de aquella època los conspiradores eran miles; cada conspirador era un rayo de un sol que lo había iniciado y un sol de siete radios que èl mismo había iniciado. Figura destacada de esta conspiración y autor de este manifiesto lo fue el señor Josè Francisco Lemus

 

 

JOSE FRANCISCO LEMUS

Natural de esta Isla de Cubanacan y jefe de las primeras tropas republicanas de su Patria,

a todos los habitantes de ella

Salud, Independencia, Libertad

COMPATRIOTAS: El único impulso que mi alma no ha podido resistir, ha sido el heroico de proclamar nuestra independencia y libertad polìtica, alentado por vuestra decidida opinion, por la meditacion de los males que nos afligen, y aun por la de los que nos amenazan, como consecuencia forzosa à los abusos de unas autoridades, que en trescientos años no han querido ceder de la mas falsa y mostruosa política. La residencia del Gobierno supremo en el otro hemisferio, distante mil y seiscientas leguas (1), que si por una parte inspira una legislacion congetural é interpretativa, nos priva por otra parte de facilitar el desagravio y satisfaccion a la vindista pública: la venalidad y, corrupcion notoria en toda clase de empleados, y mas particularmente en los que ejercen la admnistracion de justicia, que casi ha llegado à reputarse por virtud, y por cuya causa se han multiplicado al infinito los vicios y crímenes, con ruina de nuestra policía, debiendo ser ésta el primer caràcter de una sociedad civil; puesto que aun los estrangeros tienen el derecho de reclamarla: el desórden frauduloso de la Hacienda pública, por el que se abandona el pago à las viudas, marineros, soldados, invalidos y otra infinidad de justos acreedores: el letargo en que las sirenas aristocratas y sagradas tienen sumergida à la multitud, para chuparle el jugo de sus labranzas y fatigas corporales: la impotencia del Gobierno español para defender nuestras costas, lo cual ha producido en ellas una formidable piratería para cuyo esterminio han tenido que moverse dos Gobiernos: la rivalidad de dos encarnizados partidos, que en una guerra intestina devoran la infeliz España, en cuya calamidad mas bien puede reclamar proteccion, que dispensarla: la localidad de nuestra isla rodeada de los acontecimientos políticos de todo el continente americano, que habiendo tomado por norte la mas ilustrada razon, se encuentra hoy emancipado y constituído de una manera sublime; y por último el riesgo inminente de una revolucion espantosa de que se halla amagada nuestra isla, por la divergencia de opiniones y facciones del anterior y del actual sistema, que se fomentan cada dia mas por aquellos espíritus en quienes no reina sino la estúpida ignorancia, la insaciable codicia y la criminal ambicion; todas estas circuntancias lamentables y gravísimas son, paisanos mios, las que me han forzado à buscar su mas pronto remedio en union de los valientes que me siguen, guiados solo de la heróica virtud y de un franco y generoso entuciasmo por el bien y seguridad de la patria, y animados con la decision de mas de las tres cuartas partes de sus habitantes.

Cubanacanos, el orbe entero sabe que nuestra patria ha llegado ya al estado en que es inevitable su transformacion política; que ella es el unico medio de restablecer entre sus hijos la moral de las costumbres; de mejorar la administracion pública con hombres de capacidad y de virtud; de afianzar una renta pingue, improdigable, bien repartida y distribuida sin los gravámenes que sufren tiránicamente el jornalero, el labrador y el navegante; de dirigir la educacion pública sobre ls bases del desengaño y el convencimiento de los verdaderos principios físicos y morales para nuestra dicha individual, sin romper jamás la armonía cívica, desterrando para siempre las antefaces de la hipocresía y no poniendo otro freno a las pasiones criminales, que el de la pena legal, y el ejemplo respetable de la magistratura; de equilibrar la proteccion y recompensa para la comoda subsistencia individual, como el primer fundamento de la sociedad y de la pura religion, no elevando a las dignidades sino a los hombres capaces de llenar sus deberes, siendo así como la ciencia recompensada vendrá a ser un objeto de emulacion y de gloria entre nosotros: y sabe y conoce, por último, el universo entero, que podemos asegurar nuetra existencia política por medio de la union cordial y de una alianza sólida con todas las nacientes repúblicas que afortunadamente nos han precedido al fundamento del imperio de la razon, de la libertad y de las luces en este dichoso medio mundo. ¡ Oh, feliz momento ! Tu has llegado yá: ¿ y quien será tan delincuente y villano, que lejos de proteger un designio tan noble y justificado, propenda a combatir con fuerza armada nuestra gloriosa e imprescindible emancipacion ? Nadie: carece nuestro suelo de pechos ¡tan egoistas! ¡tan cobardes! ¡tan viles! Cualquiera que lo intentase, vería , sin atinar a herirnos, caérsele de las manos el estoque o el fusil; el cañon reusaría recibir la encendida mecha y nuestros mismos enemigos fugarían espantados, corriendo por un impulso irresistible á incorporarse en las filas de sus amigos y bienhechores. ¡ Oh afortunado presentimiento ! ¿ Como podrás faltar cuando nos guia y protege el espíritu de la Providencia, á quien no se oculta la sinceridad de nuestros cordiales votos ?

Españoles, que estais unidos á nosotros por los mas estrechos vínculos de la carne, del espíritu de la sociedad y de la vida ¿con qué derecho, con qué justicia y bajo qué principios equitativos, pretenderéis sostener nuestra nuestra degradacion y esclavitud, cuando vosotros mismos nos habeis enseñado a amar la libertad, por disfrutar sus saludables leyes? ¡volved los ojos a esa España, y reparad que vosotros tambien sereis participantes de nuestra miseria y de las funestas consecuencias de la crisis mortal que nos amenaza! y vosotros ¡oh! ínclitos capitanes y soldados constitucionales, ¿tendréis el ecsecrable valor de hacernos la guerra en favor de esa misma tiranía que en vuestra patria pretendeis destruir? ¿empleareis vuestras armas en sostener los abusos de tan corrompido gobierno? ¿no protejereis con ellas las libertades públicas de que debeies gozar? ¿nos dareis el nombre de rebeldes como se os dio á vosotros cuando alzasteis el glorioso grito de la Constitucion? No: no son rebeldes los que proclaman las leyes justas que conciernen a la seguridad políticas de su patria; unios pues á nosotros y sereis felices, saliendo del estado inhumano á que os tienen reducidos las feroces ordenanzas de vuestro ejército; sereis soldados libres cuando lo ecsija la enojosa necesidad de la guerra, y ciudadanos pacíficos y laboriosos en el seno de la paz; trabajaréis por vuestra propia utilidad y no gravitaréis ociosos sobre el erario público, aumentando nuestras necesidades y maquinando para poder subsistir, el momento de derramar la sangre de vuestros semejantes, y el saco de la guerra, apetecido rabiosamente de los ambrientos soldados de la tiranía. Vosotros así lo conocéis, é impávidos por la dulce libertad, no os dejaréis alucinar con varios sofismas: el peligro común, debe ser rechazado con comunes esfuerzos; los nuestros se patentizan en los abusos de la economia y de la policía interior y en los inconvenientes esteriores de nuestra prosperidad mercantil. En esta virtud, españoles, debéis acudir con tiempo á evitar con nosotros los peligros de nuestra común é infalible ruina; los hijos de mi patria unidos a mí, estamos resueltos a ser independientes y libres, ó ecsalar el espíritu. Sabed, españoles, que estamos protejidos por todas las naciones de América, y que aun las que en Europa temen la libertad española, apetecen la nuestra y la contemplan, dispuestas á reconocerla y protejerla: nuestro clima, nuestra situación local, nuestra riqueza, todo nos es favorable: ¿que recurso puede quedar á los cobardes que intentan contrariarnos para eternizar nuestra vileza, infamia y desdicha?

Habitantes de mi patria; ni el ejército que me sigue ni a mí nos ha impelido algún género de ambicion criminal, ni otro interés que nuestra salvacion y felicidad comun; que anhelamos un gobierno representativo á cuyas órdenes se pondran conmigo todos los soldados de esta república, protestando desde ahora que nuestros sacrificios no demandad otra recompensa que el regocijo interior de una conciencia noble y virtuosa, ecsitado por los aplausos de vuestra consideracion.Así lo juran conmigo ante el Dios de los ejercitos los valientes que me ayudan en tan gloriosa empresa.

Cuartel general de Guadalupe sobre los muros de la Habana á _____de______de 1823

Jose Francisco Lemus

(1) legua: medida itineraria equivalente a 5,572 metros y 7 centimetros. En terminos maritimos 3 millas.

Nota: algunas palabras estan escritas con la ortografía de aquella época.


 

 
Libertad para Cuba