COMPATRIOTAS: El único impulso que mi alma no ha podido resistir, ha sido el heroico de
proclamar nuestra independencia y libertad polìtica, alentado por vuestra decidida opinion, por la
meditacion de los males que nos afligen, y aun por la de los que nos amenazan, como consecuencia
forzosa à los abusos de unas autoridades, que en trescientos años no han querido ceder de la mas
falsa y mostruosa política. La residencia del Gobierno supremo en el otro hemisferio, distante mil y
seiscientas leguas (1), que si por una parte inspira una legislacion congetural é interpretativa, nos
priva por otra parte de facilitar el desagravio y satisfaccion a la vindista pública: la venalidad y,
corrupcion notoria en toda clase de empleados, y mas particularmente en los que ejercen la
admnistracion de justicia, que casi ha llegado à reputarse por virtud, y por cuya causa se han
multiplicado al infinito los vicios y crímenes, con ruina de nuestra policía, debiendo ser ésta el primer
caràcter de una sociedad civil; puesto que aun los estrangeros tienen el derecho de reclamarla: el
desórden frauduloso de la Hacienda pública, por el que se abandona el pago à las viudas,
marineros, soldados, invalidos y otra infinidad de justos acreedores: el letargo en que las sirenas
aristocratas y sagradas tienen sumergida à la multitud, para chuparle el jugo de sus labranzas y
fatigas corporales: la impotencia del Gobierno español para defender nuestras costas, lo cual ha
producido en ellas una formidable piratería para cuyo esterminio han tenido que moverse dos
Gobiernos: la rivalidad de dos encarnizados partidos, que en una guerra intestina devoran la infeliz
España, en cuya calamidad mas bien puede reclamar proteccion, que dispensarla: la localidad de
nuestra isla rodeada de los acontecimientos políticos de todo el continente americano, que habiendo
tomado por norte la mas ilustrada razon, se encuentra hoy emancipado y constituído de una manera
sublime; y por último el riesgo inminente de una revolucion espantosa de que se halla amagada
nuestra isla, por la divergencia de opiniones y facciones del anterior y del actual sistema, que se
fomentan cada dia mas por aquellos espíritus en quienes no reina sino la estúpida ignorancia, la
insaciable codicia y la criminal ambicion; todas estas circuntancias lamentables y gravísimas son,
paisanos mios, las que me han forzado à buscar su mas pronto remedio en union de los valientes
que me siguen, guiados solo de la heróica virtud y de un franco y generoso entuciasmo por el bien y
seguridad de la patria, y animados con la decision de mas de las tres cuartas partes de sus
habitantes.
Cubanacanos, el orbe entero sabe que nuestra patria ha llegado ya al estado en que es inevitable su
transformacion política; que ella es el unico medio de restablecer entre sus hijos la moral de las
costumbres; de mejorar la administracion pública con hombres de capacidad y de virtud; de
afianzar una renta pingue, improdigable, bien repartida y distribuida sin los gravámenes que sufren
tiránicamente el jornalero, el labrador y el navegante; de dirigir la educacion pública sobre ls bases
del desengaño y el convencimiento de los verdaderos principios físicos y morales para nuestra dicha
individual, sin romper jamás la armonía cívica, desterrando para siempre las antefaces de la
hipocresía y no poniendo otro freno a las pasiones criminales, que el de la pena legal, y el ejemplo
respetable de la magistratura; de equilibrar la proteccion y recompensa para la comoda subsistencia
individual, como el primer fundamento de la sociedad y de la pura religion, no elevando a las
dignidades sino a los hombres capaces de llenar sus deberes, siendo así como la ciencia
recompensada vendrá a ser un objeto de emulacion y de gloria entre nosotros: y sabe y conoce,
por último, el universo entero, que podemos asegurar nuetra existencia política por medio de la
union cordial y de una alianza sólida con todas las nacientes repúblicas que afortunadamente nos
han precedido al fundamento del imperio de la razon, de la libertad y de las luces en este dichoso
medio mundo. ¡ Oh, feliz momento ! Tu has llegado yá: ¿ y quien será tan delincuente y villano, que
lejos de proteger un designio tan noble y justificado, propenda a combatir con fuerza armada
nuestra gloriosa e imprescindible emancipacion ? Nadie: carece nuestro suelo de pechos ¡tan
egoistas! ¡tan cobardes! ¡tan viles! Cualquiera que lo intentase, vería , sin atinar a herirnos, caérsele
de las manos el estoque o el fusil; el cañon reusaría recibir la encendida mecha y nuestros mismos
enemigos fugarían espantados, corriendo por un impulso irresistible á incorporarse en las filas de
sus amigos y bienhechores. ¡ Oh afortunado presentimiento ! ¿ Como podrás faltar cuando nos guia
y protege el espíritu de la Providencia, á quien no se oculta la sinceridad de nuestros cordiales
votos ?
Españoles, que estais unidos á nosotros por los mas estrechos vínculos de la carne, del espíritu de
la sociedad y de la vida ¿con qué derecho, con qué justicia y bajo qué principios equitativos,
pretenderéis sostener nuestra nuestra degradacion y esclavitud, cuando vosotros mismos nos habeis
enseñado a amar la libertad, por disfrutar sus saludables leyes? ¡volved los ojos a esa España, y
reparad que vosotros tambien sereis participantes de nuestra miseria y de las funestas
consecuencias de la crisis mortal que nos amenaza! y vosotros ¡oh! ínclitos capitanes y soldados
constitucionales, ¿tendréis el ecsecrable valor de hacernos la guerra en favor de esa misma tiranía
que en vuestra patria pretendeis destruir? ¿empleareis vuestras armas en sostener los abusos de tan
corrompido gobierno? ¿no protejereis con ellas las libertades públicas de que debeies gozar? ¿nos
dareis el nombre de rebeldes como se os dio á vosotros cuando alzasteis el glorioso grito de la
Constitucion? No: no son rebeldes los que proclaman las leyes justas que conciernen a la seguridad
políticas de su patria; unios pues á nosotros y sereis felices, saliendo del estado inhumano á que os
tienen reducidos las feroces ordenanzas de vuestro ejército; sereis soldados libres cuando lo ecsija
la enojosa necesidad de la guerra, y ciudadanos pacíficos y laboriosos en el seno de la paz;
trabajaréis por vuestra propia utilidad y no gravitaréis ociosos sobre el erario público, aumentando
nuestras necesidades y maquinando para poder subsistir, el momento de derramar la sangre de
vuestros semejantes, y el saco de la guerra, apetecido rabiosamente de los ambrientos soldados de
la tiranía. Vosotros así lo conocéis, é impávidos por la dulce libertad, no os dejaréis alucinar con
varios sofismas: el peligro común, debe ser rechazado con comunes esfuerzos; los nuestros se
patentizan en los abusos de la economia y de la policía interior y en los inconvenientes esteriores de
nuestra prosperidad mercantil. En esta virtud, españoles, debéis acudir con tiempo á evitar con
nosotros los peligros de nuestra común é infalible ruina; los hijos de mi patria unidos a mí, estamos
resueltos a ser independientes y libres, ó ecsalar el espíritu. Sabed, españoles, que estamos
protejidos por todas las naciones de América, y que aun las que en Europa temen la libertad
española, apetecen la nuestra y la contemplan, dispuestas á reconocerla y protejerla: nuestro clima,
nuestra situación local, nuestra riqueza, todo nos es favorable: ¿que recurso puede quedar á los
cobardes que intentan contrariarnos para eternizar nuestra vileza, infamia y desdicha?
Habitantes de mi patria; ni el ejército que me sigue ni a mí nos ha impelido algún género de
ambicion criminal, ni otro interés que nuestra salvacion y felicidad comun; que anhelamos un
gobierno representativo á cuyas órdenes se pondran conmigo todos los soldados de esta república,
protestando desde ahora que nuestros sacrificios no demandad otra recompensa que el regocijo
interior de una conciencia noble y virtuosa, ecsitado por los aplausos de vuestra consideracion.Así
lo juran conmigo ante el Dios de los ejercitos los valientes que me ayudan en tan gloriosa empresa.
Cuartel general de Guadalupe sobre los muros de la Habana á _____de______de 1823
Jose Francisco Lemus
(1) legua: medida itineraria equivalente a 5,572 metros y 7 centimetros. En terminos maritimos 3
millas.
Nota: algunas palabras estan escritas con la ortografía de aquella época.